La enfermedad de Parkinson (EP) es un proceso neurodegenerativo crónico, progresivo e irreversible.

Involucra mayoritariamente las células dopaminérgicas de los ganglios basales cerebrales y sus funciones. A nivel mundial se estima una incidencia de 20 casos por 100.000 habitantes por año. Lo que es menos del 1% de la población general, sin embargo, el riesgo se incrementa con la edad, llegando al 3% a los 80 años. En la Argentina si bien no hay cifras oficiales, se calcula que existen cerca de 90 mil personas con EP.

Más allá de los clásicos síntomas como el temblor, la rigidez e inestabilidad, estos pacientes padecen trastornos de la motilidad intestinal, retraso del vaciamiento gástrico e incluso gastroparesia en casos avanzados. Recordando que el tratamiento con levodopa puede exacerbar los síntomas gastrointestinales generando cuadros de constipación. También es importante remarcar que estos pacientes presentan disminución del apetito, depresión y ansiedad lo que puede llevar a anhedonia (falta de placer por las cosas de la vida). Para finalizar se puede observar la presencia de disfagia entre un 32% a un 84%, dependiendo de la evolución de la enfermedad y del método diagnostico empleado. Lo cual lleva dificultar más el proceso de alimentación. Todo esto lleva a que los pacientes con EP padezcan malnutrición entre en un 24% a un 54% de los casos, sobre todo en los estadios avanzados.

Un manejo integral de estos pacientes es crucial para lograr un adecuado control de los síntomas y calidad de vida. El mantener un correcto estado nutricional depende de una temprana evaluación por parte de un experto en el área. Quien deberá aconsejar desde una adecuación de la dieta oral, a la indicación de fórmulas suplementarias orales, recurriendo en casos en los que la disfagia lo haga necesario a métodos nutricionales por accesos seguras para el paciente. Como podrían ser temporalmente la sonda nasogástrica, o la gastrostomía como el acceso más seguro en casos avanzados para garantizar la protección y comodidad del paciente. El uso de estos accesos permite infundir fórmulas de nutrición enteral que se adecuen a las necesidades clínicas y metabólicas del paciente, aparte de que permiten asegurar la adecuada dosificación del tratamiento especifico para la EP en los estadios que la ingesta voluntaria de la medicación se ve dificultada.

Dr. Andres Martinuzzi
MN 135257 MP 5225
Directo Conocimiento Fresenius Kabi Nutrihome
Contacto: andres.martinuzzi@nutrihome.com.ar

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